viernes, 23 de septiembre de 2022

Finalista del Premio Setenil 2022


 

jueves, 27 de enero de 2022

Cifras

Finalista La Micro

 Cuando se produce una catástrofe, con muchos muertos, ocurre un fenómeno de transmutación asombroso que nadie puede explicar. Las personas se transforman en números. El prodigio ha sido estudiado por científicos y magos de todo el mundo sin que nadie haya podido descubrir el mecanismo del proceso. A los familiares les da igual ese prodigio, lloran desconsolados cuando les entregan su número impreso en una hoja de papel reciclado. Les dan un siete o un ciento nueve, que se llamó Alberto o María y que quisieron ser astrónomos o fontaneros, cultivar un huerto o participar en un club literario. Poco pueden hacer ya. Si acaso meterlos entre las páginas de un libro de álgebra, para sentir que les honran, que estarán acompañados, que hay otras ecuaciones llenas de incógnitas que sí pueden resolverse.


Micro finalista de diciembre en el concurso anual de  La Microbiblioteca. Fallo aquí

viernes, 22 de enero de 2021

Dislexia

#MiMejorMaestro

 

Cerca de mi colegio pasaba un río de tinta. Corría oscuro, rumoroso, cantarín. Cuando en la asignatura de lengua la Seño Esperanza me veía ponerme roja, bajar los ojos y retorcerme el llanto, daba una fuerte palmada que apartaba de mí la atención de mis compañeros y terminaba la clase con cualquier excusa. Luego me cogía de la mano y decía: “vamos a bañarnos al río”, aún sabiendo que a mí me daba pánico. Yo apenas conseguía nadar. Daba unas brazadas, mientras convertía la tinta en letras, las letras en palabras, pero luego empezaba a hundirme, me faltaba la respiración, me faltaban las frases y la Seño tenía que sacarme del pelo antes de que me ahogara. Era tan fácil para ella… Se sentaba en la ribera, mojaba los pies en la orilla y escribía sus artículos del periódico como si nada. La realidad estaba ahí, mojaba la pluma y la hacía corpórea, magia sobre el blanco papel. Pero mis pensamientos no se dejaban teñir, bullían en mi cabeza, se reían de mí y huían a la carrera como fantasmas temerosos. Ella insistía e insistía, y me hacía mojar la lengua en el río, mojar las manos y, era verdad que allí estaban, formas negras como lombrices traviesas, pero solo conseguía sacar vocales y consonantes sueltas. La Seño Espe me regaló una preciosa caja de galletas y me dijo que las fuera guardando todas, como joyas preciosas, hasta el día que pudiera escribir esta historia.




Microrrelato seleccionado entre los 10 primeros finalistas, de entre más de 900 relatos, en el Concurso de Zenda Libros, #MiMejorMaestro

jueves, 7 de enero de 2021

Navidad en el hospital

#unaNavidaddiferente

 

Durante esta Navidad, llena de luces sin luz, de mesas repletas de comida sin comensales, de alegres adornos sin alegría, al hospital ha llegado un elefante. Es enorme y arrugado, muy viejo. Intenta ayudar en lo que puede y le permite su corpachón gigantesco. Pacientes y personal lo miran temerosos. Mantienen la respiración cuando entra en una habitación cualquiera para dejar la medicación o traer el termómetro. ¡Ay! que tira el vaso de la mesita, ¡ay! que le da al soporte del suero, ¡ay! que con la trompa va a arremeter contra la cama, ¡ay! que al barritar se vuelan las sábanas. Pero milagrosamente, a pesar de su torpeza, hace de enfermero con eficacia y sale con lentitud de sabio paquidermo sin romper nada. Ni siquiera derriba del árbol que hay en el mostrador de enfermería alguna bola brillante en precario equilibrio. A veces, para desentumecerse de sus calculados movimientos en sitios tan pequeños, se da unas carreras por los largos pasillos. Entonces todo retumba y los enfermos saltan en sus camas, incluso ríen. En realidad, no es más que una distracción. Mientras tanto, sin que se fijen en él, su domador puede realizar el trabajo que vino  a hacer sin contratiempos.

Participación en el Concurso de Zenda #unaNavidaddiferente.



jueves, 15 de octubre de 2020

El pastor

#historiasrurales

 Un día tras otro, da igual si es lunes o sábado, con ese olor repugnante metido hasta el tuétano. Perdido en aquel pueblucho, en aquella sierra que se conoce palmo a palmo. Y caminar, caminar sin llegar a ninguna parte. Cansado de su ropa sucia, del sudor, de la soledad y la escasez. Solo con el consuelo de algún atardecer especialmente bello o los libros que lee. Y la carga, la carga de aquel rebaño reunido con tanto esfuerzo por su padre, que no termina de morirse, tan orgulloso de aquella vida sencilla y honrada. Y él harto, pero harto de aparentar lealtad de buen hijo… llevando una vida que odia. Pero hasta aquí. Se acabó. Con la excusa de la proximidad de la feria de ganado, organiza una junta para pactar los precios, siempre impuestos por los grandes empresarios. Esa noche duerme feliz bajo las estrellas, soñando con un porvenir distinto, porque todo el mundo sabe que, a reunión de pastores, ovejas muertas.



Participación en el Concurso de Zenda libros #historiasrurales



viernes, 24 de julio de 2020

Ocaso


Un viejo camina por la playa a diario, varado en los días de un extraño verano de vacaciones familiares. Con la rutina del que nada espera, se entretiene en coger algún trozo de cuerda huérfana, un erizo muerto, piedras blancas como lágrimas de ahogados o desconsolados restos de modernos naufragios. Un día ve llegar una caracola de espirales perfectas. Son objetos curiosos las caracolas. Cuando son arrastradas por las olas, siempre hay alguien que les quita la arena y se las acerca para escuchar. ¿Para escuchar el qué?, nos preguntamos siempre. El sonido del mar, dicen. Pero mienten. El viejo se agacha con dificultad, la toma  y se la pone en la oreja.
—¿Qué? —interroga lacónico el hijo que le acompaña.
—El oleaje —miente el primero. Y la lanza al agua como si quemara.
Pero ya es tarde.  Ha oído el mensaje.



Participación en le Concurso de Zenda Libros #historiasdeviajes



lunes, 20 de julio de 2020

Finales de verano


Tardes sin puñaladas de relojes. Tiempo suspendido de empleo y sueldo. Mar pintado con el color cian de un estuche de ceras. Besos siempre nuevos. Helados de fresa de los campos de fresas para siempre. Cuerpos  desnudos sobre suelos frescos. Miradas que se beben con cañita. Olvido no olvida, es más, lo recuerda en demasía. Recuerda su viaje a Agua Amarga, la textura de la arena o el olor de la brisa marina como si estuviera viajando, tocando y oliendo en este mismo momento. Sobre todo recuerda a su amor de verano, con la viveza de mil alfileres clavados en su estómago. Su amante sí ha olvidado a Olvido, con la facilidad del que ha querido solo a medias y puede borrar sin pesar las muchas fotos que entonces necesitó tener de ella. Casualidad de tiempo y lugar, un fresco día de octubre, el recuerdo de Olvido y el olvido de su amante se encuentran por la calle. Se saludan con cortesía. "Adiós, Olvido", dice él. Y de pronto recuerda y la vuelva a amar con locura. "Adiós, recuerdo", dice ella. Y entonces Olvido, por fin, le olvida. Un justo final para la historia, de entre todos los finales. Pero hay que recordar que ese día era tormentoso y toallas descoloridas, sombrillas y palabras gusta de llevárselas el viento.


Participación en el Concurso de Zenda Libros #historiasdeviajes


lunes, 11 de mayo de 2020

Cielos

Tantos muertos durante la pandemia, tantos, que hubo que organizar los cielos. Los mayores al cielo de los perros, que ya no hay sitio en el de los hombres. Sin duda, allí serán felices los suicidas octogenarios que desafiaron tantas veces a la muerte, los sabios más por viejos que por diablos, los artríticos lentos como tortugas, los curtidos lobos de mar, los valientes de causas perdidas, las madres de antiguos niños muertos, los audaces sin pelos en la lengua o los tardíos deportistas extremos. No recibirán ni un ladrido reprobatorio y solo se les exigirá una conducta medianamente canina, como amarse a mordiscos, redimirse a lametones o revolcarse en el consuelo. Habrá ciertas normas, eso sí. No podrán perseguir gatos. Pero, como decía mi abuelo, ningún paraíso es perfecto.


Para el Concurso de Zenda Historias de mayores #NuestrosMayores.





Ha quedado entre los 10 microrrelatos finalistas premiados. Ver el fallo AQUï


lunes, 16 de diciembre de 2019

Reencarnación


El monje tibetano Nagarth siempre enseñaba a sus discípulos la historia del único hombre del mundo que recordaba todas sus vidas pasadas. Los mismos afanes,  fracasos e ilusiones se repetían en sus muchas existencias a pesar de que, en cada una de ellas, el hombre intentaba enmendar los errores. Ya al final de la última vivida, lloró sin consuelo tendido en su cama. Desesperado, abandonó la búsqueda del sentido de todo aquello. Contado esto, Nagarth guardaba un silencio elocuente.
—Maestro, ¿es que no es correcto sentir desesperación ante la certeza de representar sin libertad la misma función, una y otra vez, como en un gran teatro?
—No. Lo correcto sería sentir curiosidad por descubrir ante qué público se actúa.




Finalista de noviembre en La Microbiblioteca.

La vaina

Premio RedPal


Mi padre era un gigante. Subidos sobre sus hombros veíamos el mundo. Un día empezó a encoger. Apenas un milímetro al mes. El médico nos dijo que era una enfermedad incurable. Primero encogía la cabeza y luego le seguía el cuerpo, por pura empatía. No sabíamos cómo cuidarlo, solo quererlo. Así que le llevábamos siempre de la mano, le dábamos besos sonoros, le recordábamos la alegría o le mostrábamos la luz de las estrellas. Él se despertaba a veces perdido y decía, ¿por qué ha crecido hoy tanto el mundo? Ya tan pequeñito, nosotros ahora los gigantes. Mi madre, terca, cogía el metro de costura y medía su corpachón postrado sobre la cama. Ves, niña, está igual que siempre. Y era verdad, porque necesitábamos ocho personas para bañarlo. Pero yo sabía, al mirar sus ojos vacíos de sí mismo, que no tardaría en caber en una vaina de habichuelas.


                                                                                                                 A mi padre.





Tercer Premio de I Concurso de microrrelatos RedPal, Red de cuidados paliativos de Andalucía. Vídeo de la entrega de Premios AQUI

viernes, 14 de diciembre de 2018

Chismes


Cuando mamá se fue, mi padre nos construyó una autómata. La intendencia de la casa era una pesadilla con siete niños y aquello resolvió desayunos, coladas, carteras, trenzas y cuentos antes de dormir. Al principio nos asustaba la rigidez de sus movimientos o sus manos frías pero, con el tiempo, nos acostumbramos. Sus besos tres veces al día a la misma hora y su sonrisa perenne nos proporcionaron la seguridad que necesitábamos. No puedo decir que la quisiéramos, pero nos sirvió. No puedo decir que papá la quisiera, pero se casó con ella. Por el qué dirán, sostuvo siempre.

Autómatas de Jaquet-Droz

I Premio del Concurso de Microrrelatos Antonio Garrido de Rincón de la Victoria. Fallo del jurado.

jueves, 19 de julio de 2018

El corazón en los pies

A Eleanora se le cayó el corazón a los pies. Se le descolgó del pecho y quedó varado entre el talón y los dedos del pie derecho. Hace un ruido de cascabel huero al andar. Se le ha instalado un vacío angustioso en el pecho y un inútil lleno en el plantar. El doctor le ha dicho que habrá sido por un trauma o un desamor y, entonces, ella recuerda dolorosamente que su amante la ha abandonado. Después del diagnóstico, le recomienda una vida tranquila y que no intente enamorarse por el momento. Así que ahora ella se pasa los días sola, podando la pena, observando el vuelo de las libélulas y metiendo los pies en las aguas del lago para calmar las arritmias. El médico le ha dicho que tranquila, que no le quedarán secuelas. Si acaso, una leve cojera al amar.


Fotografía de Benoit Courti


Basado en foto de Courti, este microrrelato ha sido seleccionado en "Esta noche te cuento" junto a dos de Ana Fúster y Juancho Plaza para publicarse en el recopilatorio de 2018. Muchos amigos entre los finalistas: Asier Susaeta, Arantxa Portabales, Patricia Collado, Raquel Lozano, Towanda, Dominique Vernay y Lluís Talavera.

lunes, 28 de mayo de 2018

Idiosincrasia de los milagros

San Judas siempre tenía alguna velita encendida en la iglesia. También algunas flores, pocas, incluso medallitas de plata con forma de corazón. No llamaba mucho la atención porque los vecinos tenían especial cuidado de rezar también a los otros santos y ponerles ofrendas para que ningún forastero sospechara. Y es que todo el pueblo sabía, pero nadie contaba, que el Tadeo concedía aquello que se le pedía. Aunque a su manera. Si no, que se lo digana la Puri que suplicó tener un hijo y le vinieron septillizos; o a la Asunción que solicitó que su marido no bebiera más y a los pocos días el susodicho murió desecado. Los poetas eran los únicos que no pisaban el templo, temerosos de perder los imposibles con los que alimentaban sus versos. Un día, el Coronel se acercó al templo y rogó al santo. Enseguida le brotó del muñón de su brazo amputado, una enorme pinza de cangrejo. Le resultó algo incómoda y seguro que le costaría meterse las camisas pero sonrió al pensar en su utilidad para abrir el corazón de las mujeres.

La imagen puede contener: comida



En la Revista Quimera nº 371.

viernes, 12 de enero de 2018

Movimientos de población

En los pueblos, la lechuza anuncia la muerte. Se posa en el tejado de algún vecino, ulula toda lo noche, y, al día siguiente, hay entierro. No falla. Conforme se hace vieja, tiene que hacer más paradas por la fatiga  y, por lo tanto, mueren más vecinos. A veces, por más que ulule, no hay difunto. Entonces los lugareños montan en cólera y exigen su muerto y su velorio. Como debe ser. Así que el vecino en cuestión no tiene más remedio que plantearse el morir aunque no tenga ninguna gana, se considere joven todavía o su cosecha de manzanas esté aún sin recoger. Inevitablemente termina yéndose al otro barrio no sin antes despotricar contra la incultura de sus congéneres y llevarse por delante de un tiro al maldito pájaro. Entonces la población se recupera y la mortalidad baja con la incorporación de una lechuza joven, más interesada en copular y cazar ratones que en presagiar óbitos. Por su parte, la natalidad siempre se mantiene gracias a un nutrido censo de cigüeñas.





Finalista de noviembre en La Microbiblioteca. Espero que os guste.

lunes, 13 de noviembre de 2017

La playa de los náufragos

Cuando me despierto por una pesadilla, mamá me abraza muy fuerte y me cuenta mi historia favorita. La de la Playa de los Náufragos.  Está en  una bahía escondida de la costa sur de Nowhere, comienza siempre mi madre, y se llama así porque, de forma extraña, todas las corrientes marinas se confabulan para arrojar a sus orillas las botellas que lanzan los náufragos. La arena está jalonada de miles de ellas. Lugareños y forasteros se acercan hasta allí para elegir una. Los hay que prefieren rescatar al que ha escrito un mensaje escueto de socorro; o al que anota con precisión las coordenadas de su ubicación; o al que adjunta una bella poesía. Estos últimos son los más peligrosos, ni niña, advierte ella. Escriben palabras cautivadoras como: "piérdete conmigo", "zozobra en mi boca" o "húndete en mis ojos". Te atraen hasta su islote pero no se dejan rescatar, sino que, terriblemente hambrientos de amor, te comen el corazón y te arrojan al mar como una concha vacía. Mamá, ¿y tú has estado allí alguna vez? Ella calla y canturrea. Después se desabrocha el vestido y muestra el hueco vacío de su pecho.




El sábado día 11 de noviembre tuvo lugar la Entrega de los Premios Literarios Villa Baños de la Encina, en Jaén. La Concejalía de Cultura del Ayuntamiento convoca cinco premios que incluyen poesía, novela corta, relato corto y microrrelato. Yo he tenido el honor de ganar la sexta edición del Concurso de Microrrelato Villa Baños de la Encina. Maravilloso acto, maravilloso premio, maravilloso pueblo. Muchísimas gracias.


Baños de la Encina


lunes, 24 de julio de 2017

Papeles

2º premio del concurso "Purorrelato" Casa África


Modou ha conseguido trabajo en una fábrica de reciclaje de papel. Cuando su compañero sale a fumarse un cigarrillo, le gusta coger de la cinta transportadora una hoja al azar  y leer lo que pone. Así, practica. Casi siempre son frases como "en respuesta al documento 354/3, le comunicamos que" o "Ley orgánica 7/2017 de Refrendamiento del Transporte por Ferrocarril por la que". Pero a veces tiene  la suerte de toparse con algo distinto, como por ejemplo, una página rasgada de un libro de poemas. Hace una semana encontró una cuartilla escrita con una bonita letra. Decía: "En la oscuridad de tu piel quiero dormir sin esperar un mañana". Levantó la vista y miró a su alrededor. Solo una joven trabajadora se afanaba al principio de la cinta. Al día siguiente, en un pliego azulado: "El latido de mi sangre repite a todas horas el ritmo de tu nombre". Al siguiente, en un folio A3: "Que se borren los colores del mundo si tengo tu sonrisa". Así, toda la semana. Hoy, cuando el del cigarro sale, Modou se acerca tímido a la joven y le tiende el único papel que posee. Ella mira el permiso de residencia, y, a cambio, le entrega un corazón sin papeles.


2º Premio del concurso de microrrelatos "Purorrelato" de la Fundación Casa de África. ¡Qué cariño le tengo a este concurso! Muchas gracias.
Podéis leer el fallo AQUÍ

jueves, 21 de julio de 2016

Retraso

Finalista trimestral en Wonderland

Le encontraron un trabajo de vigilante nocturno en una fábrica de frigoríficos. De madrugada, le gusta tomar leche caliente en la sala de pruebas donde los aparatos son puestos a funcionar para comprobar su resistencia. Al principio no notó nada. Luego empezó a oír que algunos emitían sonidos acuosos, balidos narvales, cantos cetáceos. Otros parecían responderles. Su madre le dice que imagine que son ballenas blancas varadas en el suelo del almacén, tristes por no poder emigrar para parir a sus ballenatos. Como si él aún fuese un niño. Como si no supiera que todavía no es época de cría.

Pilar Mariscal


Finalista trimestral en el programa cultural Wonderland de Ràdio 4 conducido por Rosa Gil. Accesit junto a Lola Sanabria y Ángel Saiz. Ganador Cales Quilez.

Textos aquí.

jueves, 14 de enero de 2016

La muerte es un perro flaco

Seleccionado en Esta noche te cuento

La muerte es un perro flaco que deambula por los caminos. Hace unas semanas llegó al vertedero. Desde entonces se rasca las pulgas y observa a la fauna del lugar con ojos cansados. Sobre todo al hombre que siempre tararea canciones de Frank Sinatra mientras toma el sol en el tejado de su chabola. Es el psicópata que mata mujeres sólo los martes de luna llena. Ayer le regaló una muñeca casi nueva a la niña que recoge las latas en la zona norte del basurero. Esa que a veces acompaña al viejo tuerto a ejercer de limosnero. La que estuvo a punto de morir el año pasado cuando le mordió una rata. La que mejor se hubiera muerto porque detrás de una niña siempre va una mujer, y detrás de un lunes nunca va un miércoles. Al perro flaco le gusta lamer las manos de la niña pero no puede evitar gruñir cuando oye "My way" a lo lejos. Y, aunque él nunca tuvo ningún reparo para cumplir con su trabajo, piensa que hay maneras y maneras.



Seleccionado para ser incluido en la Antología de "Esta noche te cuento" de 2015 junto a textos de Paz Monserrat, Víctor Menargues, Mercedes Marín del Valle, Mar González y Ana Fúster. El tema era Frank Sinatra.

martes, 15 de septiembre de 2015

Cosas que pasan

Mencionado en Esta noche te cuento...


Llevaba varias semanas con la piel del cuello erizada  y un molesto hormigueo en el hombro derecho. Era una sensación rara, como de frío y ligero peso. Incómoda pero no dolorosa. Consultó al médico, pero el doctor no le dio importancia y le recetó unas píldoras para dormir. Cuando la vieja enfermera de la consulta lo acompañó hasta la puerta, le dijo con naturalidad:
—No se preocupe, lo que le ocurre a usted es que lleva un muerto encima, lo más seguro, un niño.
Él, incrédulo, le agradeció por cortesía el diagnóstico pero se fue a casa inmerso en una inquietud desagradable. Las molestias siguieron durante meses hasta que, de repente, una mañana se levantó sin ellas. Apenas le quedaron secuelas, sólo un engañoso alivio, un hondo vacío, un inexplicable echar de menos y la costumbre de ver películas infantiles. Aunque tardó mucho tiempo en poner a la venta la pequeña bicicleta.



Mencionado de los meses de julio - agosto en "Esta noche te cuento", donde el tema era: bicicletas.

miércoles, 15 de julio de 2015

Taxidermia

seleccionado en "Esta noche te cuento"


Federico era taxidermista. Y un soñador. Fabricaba con su arte lo que la naturaleza nunca consiguió darle a su imaginación desenfrenada. Cuando cumplía con sus acostumbrados encargos de disecar zorros con palomas en la boca o cabezas de ciervo, se refugiaba en su trastienda  y daba rienda suelta a su creatividad. Entonces, tapizaba con suaves plumas cuerpecillos de lagarto, unía alas de águila a troncos de sedosas liebres, adornaba con colas de pez la cabeza de osos hormigueros o empedraba la piel de faisanes desplumados con ojos de rana.  Consiguió reunir un museo privado de monstruos veraces y creíbles que hubieran engañado a cualquiera. Un día, revisando sus trampas en el bosque, observó dentro de una de las jaulas a una extraña criatura moribunda. Era una ninfa acuática de extremidades palmeadas. Decepcionado por tan fea combinación estética, carente de gracia y armonía, la remató con su bastón y la tiró al río. Luego bajó silbando la colina mientras pensaba ensimismado en lo mucho que le gustaban las manos de su prima Rosa y el agraciado rostro de su vecina Esther.

Monstruos

Relato seleccionado en la página "Esta noche te cuento" en junio. El tema del mes era "monstruos".
Allí estoy muy bien acompañada por Miguelángel Flores, Ana Fúster, Petra Acero, Towanda, Xenia García y Rafa Heredero. Enhorabuena a todos.