viernes, 24 de julio de 2020

Ocaso


Un viejo camina por la playa a diario, varado en los días de un extraño verano de vacaciones familiares. Con la rutina del que nada espera, se entretiene en coger algún trozo de cuerda huérfana, un erizo muerto, piedras blancas como lágrimas de ahogados o desconsolados restos de modernos naufragios. Un día ve llegar una caracola de espirales perfectas. Son objetos curiosos las caracolas. Cuando son arrastradas por las olas, siempre hay alguien que les quita la arena y se las acerca para escuchar. ¿Para escuchar el qué?, nos preguntamos siempre. El sonido del mar, dicen. Pero mienten. El viejo se agacha con dificultad, la toma  y se la pone en la oreja.
—¿Qué? —interroga lacónico el hijo que le acompaña.
—El oleaje —miente el primero. Y la lanza al agua como si quemara.
Pero ya es tarde.  Ha oído el mensaje.



Participación en le Concurso de Zenda Libros #historiasdeviajes



lunes, 20 de julio de 2020

Finales de verano


Tardes sin puñaladas de relojes. Tiempo suspendido de empleo y sueldo. Mar pintado con el color cian de un estuche de ceras. Besos siempre nuevos. Helados de fresa de los campos de fresas para siempre. Cuerpos  desnudos sobre suelos frescos. Miradas que se beben con cañita. Olvido no olvida, es más, lo recuerda en demasía. Recuerda su viaje a Agua Amarga, la textura de la arena o el olor de la brisa marina como si estuviera viajando, tocando y oliendo en este mismo momento. Sobre todo recuerda a su amor de verano, con la viveza de mil alfileres clavados en su estómago. Su amante sí ha olvidado a Olvido, con la facilidad del que ha querido solo a medias y puede borrar sin pesar las muchas fotos que entonces necesitó tener de ella. Casualidad de tiempo y lugar, un fresco día de octubre, el recuerdo de Olvido y el olvido de su amante se encuentran por la calle. Se saludan con cortesía. "Adiós, Olvido", dice él. Y de pronto recuerda y la vuelva a amar con locura. "Adiós, recuerdo", dice ella. Y entonces Olvido, por fin, le olvida. Un justo final para la historia, de entre todos los finales. Pero hay que recordar que ese día era tormentoso y toallas descoloridas, sombrillas y palabras gusta de llevárselas el viento.


Participación en el Concurso de Zenda Libros #historiasdeviajes