Cuando me despierto por una pesadilla, mamá me abraza muy fuerte y me
cuenta mi historia favorita. La de la
Playa de los Náufragos.
Está en una bahía escondida de la
costa sur de Nowhere, comienza siempre mi madre, y se llama así porque, de
forma extraña, todas las corrientes marinas se confabulan para arrojar a sus
orillas las botellas que lanzan los náufragos. La arena está jalonada de miles
de ellas. Lugareños y forasteros se acercan hasta allí para elegir una. Los hay
que prefieren rescatar al que ha escrito un mensaje escueto de socorro; o al
que anota con precisión las coordenadas de su ubicación; o al que adjunta una
bella poesía. Estos últimos son los más peligrosos, ni niña, advierte ella.
Escriben palabras cautivadoras como: "piérdete conmigo",
"zozobra en mi boca" o "húndete en mis ojos". Te atraen
hasta su islote pero no se dejan rescatar, sino que, terriblemente hambrientos
de amor, te comen el corazón y te arrojan al mar como una concha vacía. Mamá,
¿y tú has estado allí alguna vez? Ella calla y canturrea. Después se desabrocha
el vestido y muestra el hueco vacío de su pecho.
El sábado día 11 de noviembre tuvo lugar la Entrega de los Premios Literarios Villa Baños de la Encina, en Jaén. La Concejalía de Cultura del Ayuntamiento convoca cinco premios que incluyen poesía, novela corta, relato corto y microrrelato. Yo he tenido el honor de ganar la sexta edición del Concurso de Microrrelato Villa Baños de la Encina. Maravilloso acto, maravilloso premio, maravilloso pueblo. Muchísimas gracias.
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